Los besos más memorables
Toda telenovela gira en torno al romance, y el romance, aun el más casto, incluye besos. Sea el primero o el último, el dado con amor o robado, el puro o el libidinoso, el beso captura la imaginación telenovelera aun en esta época en que la cesura permite ir mas allá del contacto de dos bocas. Hagamos memoria, recordemos los mejor besos y los mejores besadores.Campeones del beso
Todo actor protagónico y toda actriz, aunque interprete a una villana, se han enfrentado a las exigencias argumentales del beso. A algunos se les nota fingidos, a otros se les nota la inexperiencia, pero también hay los que ganarían campeonatos de ósculos.
La Reina del Beso es Lucero sin duda. Sus primeros besos los compartió con Omar Fierro en Cuando Llega el amor. Apenas salida de la adolescencia, virgen certificada, Lucero lució inexperta en esos primeros intercambios. Mas tarde, hablaría del respeto con el que besaba a Omar, por entonces novio de Verónica Castro. Un par de años después, en Los parientes pobres, Lucero se soltaba las trenzas y se daba sus sabrosos besuqueos con Ernesto Laguardia y Alexis Ayala. No sé sabía a cual besaba con más ardor.
En Lazos de amor, donde daba vida a tres hermanas, Lucero recorría toda la gama “besucona”, intercambiando besos lascivos con Orlando Miguel, puros e ingenuos con Juan Manuel Bernal, y dulces y románticos con Luis José Santander. Sin embargo, no recuerdo besos memorables de esa novela. No como los del famoso destape de la Señora Mijares en Mi destino eres tú. Tan intensos y fatales fueron esos besos otorgados a Mauricio Islas en su noche de bodas, que el novio prosiguió su viaje... ¡Pero hasta el más allá!
En Mañana es para siempre, Lucero hizo gala de profesionalismo al intercambiar caricias bucales con Rogelio Guerra quien había sido su padre en Los parientes pobres. Tan buenos fueron esos besos de Hiena que el actor revelaría que “fue un agasajo besar a Lucero”. Con Fernando Colunga es con quien La Novia de América ha intercambiado sus mejores besos. A la luz de las velas en Alborada y en las penumbras de una cabaña o bajo el cielo rural de Morelos, en Soy tu dueña, los besos de Lucero y Colunga han hecho las delicias de los voyeurs.
Si Lucero es campeona del intercambio besucón, su contraparte masculina es Guy Ecker
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